Además
de los nutrientes, los animales necesitan incorporar oxígeno, que se
utiliza para romper los los nutrientes y generar energía. Para
obtenerlo usan unos órganos especializados en esta tarea, que en
conjunto se llaman sistema respiratorio. Hay cuatro tipos de
respiración:
A
través de la piel: Los anfibios y muchos invertebrados obtienen el
oxígeno del exterior a través de la piel, que es fina y húmeda;
esta forma de respiración se llama respiración cutánea.
Por
branquias: Los peces, algunos invertebrados y los anfibios acuáticos
utilizan unos órganos especiales llamados branquias que retienen el
oxígeno del agua.
Por
tráqueas: Los artrópodos terrestres respiran por unos órganos
ramificados que recorren todo el cuerpo llamados tráqueas.
Por
pulmones: Los vertebrados terrestres y algunos invertebrados disponen
de cavidades internas llamadas pulmones que se llenan de aires, que
están divididos en alveolos.
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